Sí, COMO NO……
Esto me recuerda la anécdota del borracho que decía al ser arrastrado a la comisaría por el policía: “como vamos, vamos bien”, pues así vemos la parte social y económica de este Gobierno, donde todo lo que dicen a través de los medios de comunicación es un sofisma de distracción totalmente contrario a la realidad que están viviendo la gran mayoría de Colombianos.
Tercer trimestre consecutivo de crecimiento negativo y el Ministro de Hacienda insiste en que no estamos en recesión, creando una nueva teoría económica, que se desvirtúa con la caída de los recaudos tributarios en más de un billón de pesos, las remesas en un 20% y al observar como el desempleo ya supera el 13,4% en las grandes ciudades sin tener en cuenta el sector rural donde no hay medición ni posibilidades de empleo formal. Hoy tenemos dos millones cuatrocientos treinta mil desempleados, cifra maquillada, pues el empleo informal está disparado y adicionalmente más de 500 mil colombianos, por un tecnicismo, dejaron de ser desempleados al por llevar dos años buscando empleo.
Este Gobierno, así diga lo contrario, no ha hecho nada serio sobre el tema, tan sólo ha utilizado paliativos populistas como incrementar los cupos del Sisbén, que ya superan los dos millones, o aumentar a 2,5 millones el programa de familias en acción, ratificando que cada día hay más pobreza, creciendo la brecha entre ricos y pobres. Basta ver las jugosas utilidades cercanas a los 6 billones del sector financiero en plena crisis, por los altos costos de intermediación y la ayuda del gobierno. De ahí que los pobres sean el 47% y los indigentes el 17% de la población, es decir, más del 65% de los colombianos vive en una situación calamitosa.
La política social en el sector agropecuario se ha basado en la teoría en desuso del efecto regadera, dándole cuantiosos subsidios a los ricos para que estos dejen drenar a los pobres una pequeña parte, con la cual se genere empleos temporales en la mayoría de los casos. La muestra está en el programa Agro Ingreso Seguro, donde a dedo y con la filosofía de pagar favores a familias prestantes, vienen repartiendo los recursos mínimos del presupuesto nacional que para todos los programas del sector agropecuario no llegan al 1% del mismo.
De manera triunfalista nos dicen que le doblamos el pescuezo a la inflación sin aceptar que esto se debe a la recesión y deflación que la crisis ha ocasionado. Tristemente lo que no ha permitido que el descalabro sea más visible son los dos puntos del PIB que genera el narcotráfico y eso que el gobierno dice estar ganándole la batalla a este flagelo.
Hoy se sigue desconociendo la fantasiosa política de choque y anticíclica que el Ministro de Hacienda pregona está utilizando, tan sólo hemos visto como se han bajado las tasas de interés, cuyo efecto no se refleja en el consumidor final. Como se ve el país no tiene bitácora económica hacia el futuro, tan sólo se actúa de manera reactiva a los problemas que se van presentando.
Revisemos el sector cambiario: hoy tenemos un tipo de cambio revaluado cercano a los $1.900, similar al de hace 10 años, lo que tiene boquiando al sector exportador y manufacturero, por no haber intervenido el Emisor de manera contundente. Como el Gobierno no quiere se le explote en las manos estos sectores antes de las elecciones presidenciales, les siguen otorgando más créditos irrembolsables que los terminarán de hundir, pero habrán logrando su objetivo. De seguir este círculo nefasto y populista de auxilios, subsidios, prebendas y créditos, al finalizar el 2.011 vamos a tener una hecatombe económica y social sin precedentes, por eso urgimos suspender estas políticas, implementar temporalmente un tipo de cambio diferencial y dedicar los recursos del presupuesto a lo prioritario sin intermediarios, racionalizando el gasto y deteniendo el exagerado endeudamiento politiquero.
Ministro, qué tristeza que lo premien por los resultados de papel que no reflejan la realidad del abandono económico y social que soporta nuestro pueblo.
OTRO PREUPUESTO IRRESPONSABLE
Nuevamente nos encontramos ante un presupuesto populista, que crece por encima de la inflación, plagado de auxilios de campaña y que de manera totalmente irresponsable, para hacerlo cuadrar, disparan la deuda nacional. No es serio discutir un proyecto basado en ingresos inflados e inalcanzables para el 2010, creando falsas expectativas regionales que no se podrán lograr al basarse en los supuestos macroeconómicos irreales. Hoy lo único cierto del presupuesto son los gastos.
No les bastó incumplir los ingresos tributarios el año anterior, para ahora asegurarnos que en 2010 estos crecerán por encima de 10% de los no alcanzados, lo que incrementará el desfase y hueco fiscal, más aun cuando el real coletazo de la crisis financiera internacional y de la recesión se verá reflejado en la disminución de los recaudos. Es labor del ministro crear expectativas favorables y hacer creer que ya pasó la crisis, pero lo malo está en que él se coma su cuento y lo refleje en este presupuesto.
Craso error es que en momentos de crisis se siga con el asistencialismo reeleccionista, regalando plata a diestra y siniestra, como se ve al incrementar el programa Familias en Acción a 2,6 millones de familias. Por hechos como éste es que el gasto aumenta de un año a otro en más del 15%, casi tres veces la inflación.
Los recursos de capital de manera fantasiosa crecen de 48 a 55 billones, más del 15% sin sustento y los fondos especiales un 44%, cosa nunca vista.
Proyectan los ingresos tributarios corrientes en 70,8 billones y esta cifra, ya inflada, no alcanza a cubrir siquiera los gastos corrientes que son 83,2 billones. Es decir que hay un desfase de casi trece billones que se deberán pagar con deuda. De aprobarse este presupuesto inflado y no cumplirse los ingresos, vamos a tener que sacar 43 centavos de cada peso que ingresa para sufragar el servicio de la deuda, lo que la hará casi insostenible.
En este presupuesto se avalan privatizaciones superiores a 1,5 billones que son virtuales, porque el trámite para realizar la de Isagen y las electrificadoras está en pañales, que sumado a las pérdidas no incluidas del Banco de la República, de casi 500 mil millones, hacen más irrealizable el cumplimiento de las fuentes de ingresos.
Es absurdo que el Gerente del Emisor avale el crecimiento de la economía del 2010 en 2.5 por ciento, cuando para este año el cálculo más positivo es del cero por ciento, y hasta ahora se está empezando a sentir el coletazo de la recesión en el sector real.Proyectan los ingresos tributarios corrientes en 70,8 billones y esta cifra, ya inflada, no alcanza a cubrir siquiera los gastos corrientes que son 83,2 billones. Es decir que hay un desfase de casi trece billones que se deberán pagar con deuda. De aprobarse este presupuesto inflado y no cumplirse los ingresos, vamos a tener que sacar 43 centavos de cada peso que ingresa para sufragar el servicio de la deuda, lo que la hará casi insostenible.
En este presupuesto se avalan privatizaciones superiores a 1,5 billones que son virtuales, porque el trámite para realizar la de Isagen y las electrificadoras está en pañales, que sumado a las pérdidas no incluidas del Banco de la República, de casi 500 mil millones, hacen más irrealizable el cumplimiento de las fuentes de ingresos.
La devaluación es otro problema, ya que las políticas del Banco en la parte monetaria no han tenido el resultado esperado. Llegar al 0.8 de devaluación es muy difícil, y más lograr una tasa promedio de 2.365 pesos por dólar, cuando se están reintegrando y monetizando muchos dólares para cubrir el presupuesto e inversión, sigue creciendo el narcotráfico y el lavado de activos.
El Ministro de Hacienda dice que la inversión crecerá pero en términos del PIB se mantiene en el 4.3% con respecto al año anterior, entonces ¿cuál será la política de choque para reactivar la demanda agregada y el empleo si además el incremento del salario que se propone en este presupuesto es de tan solo el 4%? Por el contrario la tasa de desempleo aumentará del 12.4%, que por cierto es la segunda más alta de América Latina después de República Dominicana.
Al observar la distribución del presupuesto, el departamento de Antioquia sigue siendo el gran beneficiado, premiado con los mayores recursos desde hace siete años. Continúa así imperando la dedocracia sin tener en cuenta las necesidades básicas insatisfechas, lo que acrecienta la brecha regional.
El subsidio de combustible desaparece, pero ojalá no pase lo mismo con los 1.2 billones del Fondo de Estabilización, que no deberán ser utilizados para fondear el mayor gasto de funcionamiento.
En relación con el impuesto al patrimonio no hay problema pues está financiado hasta el 2010. Ya se tienen el billón cincuenta mil millones en caja y además queda claro que no es necesaria la pequeña reforma tributaria planteada, porque no se involucra como ingreso contingente en este presupuesto. Deberá ser el próximo gobierno quien realice la tan anhelada reforma estructural para cubrir el hueco fiscal y acabar con tantos privilegios e inequidades existentes.
Por último, ¿cómo esperan sembrar la paz cuando se le dejan más de 22 billones al ministerio de guerra, un 14,2% del presupuesto y tan sólo al campesino colombiano a través del Ministerio de Agricultura, con todo y burocracia, el 1% del presupuesto? También es extraño que a Planeación Nacional, ente técnico en años anteriores, se le asigne el 0.9% del presupuesto porque ahora se convirtió en una institución ejecutora a través de Fonade para direccionar las obras a los amigos del gobierno, y sin hablar de Acción Social, la caja menor de Palacio para pagar favores.
Es muy triste que la aprobación del presupuesto haya pasado de ser el proyecto más importante y serio, para convertirse en un ritual del pupitrazo por las promesas clandestinas que hacen desaparecer el debate profundo.
Ministro, no sólo haga la tarea por cumplir, lo que necesitamos es resultados.
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